Comparativa a fondo: modelo de empresa tradicional vs. cooperativo

En una empresa cooperativa las prioridades y la forma de organizarse son diferentes frente a una tradicional y se puede ver de forma clara en las cooperativas sanitarias.

Desde fuera, un hospital gestionado por una empresa tradicional o una cooperativa pueden parecer el mismo: personal sanitario uniformado y pacientes y acompañantes transitando por sus instalaciones. Sin embargo, entre la gestión de estos dos centros, existen muchas diferencias. 

Una cooperativa es una organización formada por personas que deciden unirse voluntariamente para satisfacer necesidades y objetivos comunes, ya sean económicos, sociales o culturales. Se basa en la propiedad compartida y la gestión democrática de sus miembros, según lo establecido en la Declaración de Identidad Cooperativa en la Declaración de Identidad Cooperativa. 

Bajo esta definición, las cooperativas son empresas, como en el modelo tradicional, pero están centradas en las personas y se gestionan de manera democrática e igualitaria, lo que crea diferencias significativas entre estos dos modelos que se notan en el trato con el paciente. 
 

Modelo de cooperativa sanitaria 

En una cooperativa, son los socios los que poseen la propiedad, y no sus socios como en una empresa tradicional. Es el caso, por ejemplo, de la Cooperativa propietaria del Hospital de Barcelona (SCIAS), que forma parte de la Fundació Espriu.

En el Hospital de Barcelona, los socios son los protagonistas que les corresponde conseguir, junto con la cooperativa de profesionales de la salud, una medicina satisfactoria. 

Además, como propietarios y propietarias de la cooperativa, las personas socias tienen derecho a participar tanto en sus órganos de gobierno como en las actividades que la institución organiza en un ámbito social. Por otro lado, la cooperativa Asisa, el grupo privado de salud más grande de España, cuenta con 18 hospitales del Grupo HLA, gestionados por sus socios.

Las empresas cooperativas se gobiernan de forma democrática, bajo el principio de “un socio, un voto”, mientras que en una empresa convencional los inversores la manejan en función de su volumen de inversión. En el caso de SCIAS, el Consejo Rector está formado por 15 personas elegidas democráticamente por un periodo de 5 años: 12 de ellas provienen del colectivo de los socios y socias de consumo y 3 pertenecen al grupo de trabajo.

Objetivos del modelo cooperativo

En una cooperativa, el objetivo principal no es obtener rentabilidades e incrementar los beneficios para los accionistas, sino que es un modelo basado en la reinversión. En el caso de las cooperativas sanitarias, es imprescindible contar con una medicina social y satisfactoria para los profesionales y los usuarios, aportando la opinión de los primeros al cooperativismo sanitario en base a un diálogo constante con los usuarios.

En la empresa cooperativa, se ponen en el centro los objetivos a largo plazo y las maneras de medir el éxito son distintas a la de las organizaciones convencionales. En el caso de una cooperativa sanitaria como Asisa o Asistència Sanitaria, es la satisfacción de médicos y pacientes la mejor medida de eficiencia. 
 

Los valores corporativos en la gestión

Las cooperativas se basan en valores que guían su gestión diaria y las distinguen de las empresas tradicionales. Su estructura y prioridades están organizadas de manera diferente, dando mayor importancia a la participación y el bienestar colectivo.

Las cooperativas son organizaciones autónomas gestionadas por sus miembros, así que, si se aumenta el capital con fuentes externas, deberá hacerse de forma que se asegure el control democrático de sus miembros y se mantenga la autonomía de la cooperativa. 

Además, las cooperativas ofrecen educación y formación a sus miembros, como los médicos, para que puedan contribuir al desarrollo de la cooperativa. Es más sencillo operar dentro de estructuras locales, sin dejar de formar parte de un movimiento con alianzas a nivel global.