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Economía social y medio ambiente: una unión necesaria

La economía social y el cuidado del medio ambiente están estrechamente contactadas, ya que cooperativas, mutuas y empresas sociales han de atender las necesidades de la comunidad. 

25 Noviembre 2024

La economía social es una herramienta clave para alcanzar un desarrollo sostenible. Cooperativas, mutualidades o empresas sociales no ponen en el foco la obtención de beneficios, sino que el impacto en la comunidad está al mismo nivel, alejado del modelo capitalista tradicional.

El clima está cambiando y la población ha de enfrentarse a episodios meteorológicos extremos con mayor frecuencia: olas de calor, lluvias torrenciales o sequías. Y tanto la economía como las personas se van a ver afectadas por el cambio climático.

Según las cifras de población estimadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2050 se necesitarían casi tres planetas Tierra para proporcionar los recursos naturales suficientes para mantener el modelo de vida actual.  Debido a que su identidad se basa en la ética y los valores, las cooperativas comprenden que sus negocios no pueden sobrevivir a largo plazo sin prácticas ambientales responsables

Así, el compromiso con la sostenibilidad viene en su ADN: los actores de la economía social se preocupan por el entorno y por el bienestar a largo plazo de la sociedad. El Observatorio Español de la Economía Social apunta que las organizaciones adoptan prácticas sostenibles que incluyen la gestión eficiente de recursos y la reducción de emisiones contaminantes.

De hecho, la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) señala que las cooperativas se encuentran en una posición única para concienciar a sus miembros sobre la importancia de reducir su huella de carbono y asociarse con los gobiernos y el sector privado para reducir de manera drástica las emisiones de gases de efecto invernadero.

 

Economía social y circularidad

La economía social y la economía circular tienen mucho en común. Este nuevo paradigma de producción y consumo se enfoca en optimizar los recursos y minimizar los residuos generados. Se trata de un modelo económico sostenible que busca reducir la huella ecológica fomentando acciones como el reciclaje o la reutilización de los productos.

Un informe de la Comisión Europea destaca que las cooperativas y empresas sociales lideran iniciativas de reciclaje, reutilización y reducción de residuos, contribuyendo significativamente a la sostenibilidad ambiental.

Las organizaciones de la economía social invierten en energías renovables y promueven la eficiencia energética. El Banco Mundial señala que la gestión sostenible de recursos naturales por parte de estas entidades contribuye al crecimiento económico inclusivo y a la reducción de la pobreza, al tiempo que protege el medio ambiente.

 

Mejor preparados ante la crisis

La economía social tiene un tejido más resiliente que el resto de las compañías. Estas compañías, que se basan en el principio de responsabilidad social y ambiental, muestran una mayor capacidad de adaptación a los desafíos medioambientales.

La Agencia Europa de Medio Ambiente destaca que estas organizaciones implementan prácticas sostenibles que contribuyen a la resiliencia frente al cambio climático.

La organización señala que el modelo económico lineal (la transformación de las materias primas para crear productos que luego se utilizan, se consumen y se desechan) conduce a la contaminación, la acumulación de residuos y la destrucción de biodiversidad.

El origen de muchas cooperativas se remonta a la década de la Gran Depresión en la década de 1930 y continúan activas. Además, resistieron la crisis financiera de 2008 mientras muchas empresas no sobrevivieron. 
 

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