El cooperativismo sanitario como vocación

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02.02.2017

El cooperativismo sanitario como vocación

El primer rasgo de su carácter, que descubrí el primer día que lo conocí en el Seminario Internacional de Sanidad y Cooperativas, en 2005, era su bondad, su proximidad. Allí donde fuera, siempre era bienvenido por la mezcla de simpatía y buenos oficios que transmitía.

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Es fácil imaginar que el carácter afable, que le debía abrir muchas puertas desde joven, también le empujara a dedicar su vida al cuidado de los demás como médico –y más adelante como director de hospitales y dirigente internacional del cooperativismo sanitario.

Sus estudios de Medicina en Sevilla y Londres ya lo llevaron a especializarse en cuidados intensivos, y eso le permitió dirigir con acierto primero el Hospital Santa Isabel de Sevilla y después, durante once años, el magnífico Hospital Moncloa de Madrid.

Su esposa Rosa, que lo conocía mejor que nadie, lo definía como un hombre tierno, entregado a su familia y con una gran dedicación a sus hijos, leal, de una gran fortaleza que la enfermedad nunca logró vencer y con un compromiso profesional llevado hasta el extremo. En definitiva, un hombre con una gran pasión.

El doctor Guisado fue un hombre, un médico y un cooperativista apreciado, que deja tras de sí muchas personas agradecidas, de una manera muy especial los patronos y el personal de la Fundación Espriu. La noticia de su muerte repentina el pasado 14 de octubre trastornó profundamente a todos los que manteníamos un trato cotidiano con él, pero la avalancha de cartas de pésame que hemos recibido en la Fundación Espriu y ASISA demuestra que las personas que se sentían vinculadas por amistad y gratitud al doctor José Carlos Guisado son verdaderamente una multitud.

La relación entre médico y paciente

Recuerdo bien cuando intervine junto a él en una mesa redonda sobre participación, en la que yo explicaba el ejemplo del Hospital de Barcelona, en el marco de la Asamblea General de la Organización Internacional de Cooperativas de Salud (IHCO) que se celebró en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en 2013. Y la celebración de la Asamblea General de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), en la que él fue nombrado miembro del Consejo. Ningún representante de ningún país (y había más de 2.500 personas…) dejó de acercársele para saludarlo, y él, muy amablemente, me presentaba a todos los delegados como presidenta de la Fundación Espriu.

Dirigiendo hospitales con un especial cuidado por los enfermos, el doctor Guisado hizo experiencia de la importancia de una relación satisfactoria entre médico y paciente. Las estructuras cooperativas de ASISA y Lavinia le ofrecieron un espacio para desarrollar su profesión, buscando siempre la máxima calidad en la asistencia.

La amistad con el doctor Espriu nacía de la convicción de que la relación entre médico y paciente es sagrada: el Dr. Guisado coincidió siempre con el Dr. Josep Espriu a la hora de situar esta relación en el centro del sistema sanitario.

Apóstol del cooperativismo

La complicidad con el Dr. Espriu le llevó a comprometerse a fondo con nuestra fundación. Porque el mejor ámbito para desarrollar esta relación entre médicos y usuarios de la medicina es el cooperativismo sanitario. El Dr. Guisado era un apóstol del cooperativismo porque había constatado los beneficios que aporta a las estructuras sanitarias y era testigo del agradecimiento de miles de médicos y de pacientes.

Después de un tiempo como patrono de la Fundación Espriu, el doctor Guisado asumió ser su director ejecutivo y representante internacional. Para los que lo acompañamos en esta aventura, fue un placer comprobar que sus capacidades personales, su trayectoria profesional y su vocación le habían preparado para transformar el sistema internacional de cooperativas.

Los representantes de Autogestión Sanitaria y SCIAS –que son miembros de la Fundación junto a los de ASISA y Lavinia– siempre encontraron en el doctor Guisado la persona que admiraba el sistema que hemos conseguido implantar en el Hospital de Barcelona; un sistema que hoy en día es estudiado en todas partes y que recibe visitas de representantes del cooperativismo internacional.

Políglota, buen mediador, persona de gran hospitalidad, su talante cordial nos abrió todas las puertas de la Alianza Cooperativa Internacional, dando la mejor continuidad al trabajo pionero del doctor Espriu. Desde que el doctor Guisado fue elegido presidente de la Organización Internacional de Cooperativas Sanitarias en 2001 hasta su muerte, supo consolidar, extender y profundizar la fuerza del cooperativismo sanitario.

Era muy consciente de que la extensión internacional de la red de cooperativas de salud significaba una mejor atención sanitaria para miles de familias y el bienestar para personas de todos los continentes.

Su muerte en la ciudad de Quebec durante la última Cumbre Internacional de Cooperativas, tres días después de haber presidido una vez más la reunión de los representantes de las cooperativas sanitarias de todo el mundo, demuestra la profundidad de su vocación: el cooperativismo sanitario como vocación. José Carlos Guisado y del Toro vivió, hasta el último día, al servicio del ideal cooperativista y de una relación más satisfactoria entre médicos y pacientes. Al servicio, en definitiva, de la salud y del bienestar cotidiano de millones de personas.

Lo recordamos con afecto, con amistad y con mucha gratitud.

Teresa Basurte
Presidenta de la Fundación Espriu

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